"Sirve
decir algo? Detienen alguna bomba nuestros gritos? Nuestra palabra,
salva la vida de algún niño Palestino? Nosostros pensamos que sí sirve.
Que tal vez, no detengamos una bomba, y nuestra palabra se convierta en
un escudo blindado, que evite que esa bala calibre cinco punto cincuenta
y seis milímetros o nueve milímetros con las letras IMI, Industria
Militar Israelí, grabadas en la base del cartucho, llegue al pecho de
una niña o de un niño. Porque tal vez, nuestra palabra logre unirse a
otras en México y el mundo. Y tal vez, primero se convierta en murmullo,
y luego en voz alta, y después en un grito que escuchen en Gaza. No
sabemos nosotros, no sabemos ustedes, pero nosotros y nosotras,
zapatistas del EZLN, lo importante que es en medio de la destrucción y
la muerte, escuchar unas palabras de aliento. No sé cómo explicarlo,
pero resulta que sí, que las palabras no alcanzan a detener una bomba,
pero son como si se abriera una grieta en la negra habitación de la
muerte, y una lucecita se colara..."