Génesis
Al principio fué el silencio...
el Hombre,
lo que sería el Hombre,
yacía disperso en el fondo de las cosas.
El fuego,
el agua,
el musgo,
inmóviles estaban.
¡Por eso al principio fue el silencio!
y en el silencio,
en ese vastísimo,
sordo,
gris silencio,
dormían también las voces
y todas las palabras
que habrían de pronunciarse.
¡Por eso al principio fue el silencio!
no había árboles, ni pájaros,
ni peces había...
ni espigas había...
ni escorpiones había...
Sólo estaba el mar, quieto,
sin olas,
y arriba el cielo, cielo, cielo...
solamente el cielo.
El cielo solamente arriba estaba.
Entonces ningún ruido existía.
Ni el agua, ni en las sombras.
Nada se agitaba.
Ninguna cosa tenía su sonido...
sólo el silencio abarcaba toda la obscuridad,
y la obscuridad misma era el silencio.
Todo estaba inmóvil,
callado,en suspenso...
pero la obscuridad,
y el cielo,
y la vasta tierra solitaria,
y las aguas plomizas
desearon el amor...
el amor de la luz,
de las tormentas,
del gérmen...
y todo comenzó a agitarse.
Y el cielo, y la tierra y las aguas
se conmovieron...
¡Y vino la claridad!
Una inmensa claridad vino,
y en el centro de ella,
caminaba lento, sobre la tierra ya,
el Hombre...
y el Hombre dijo su palabra,
y proclamó su grito.
Y nunca más fue el silencio
sobre la vastedad del mundo.
Pero el Hombre recuerda,
a veces,
que al principio fue el silencio.
César Rengifo
Al principio fué el silencio...
el Hombre,
lo que sería el Hombre,
yacía disperso en el fondo de las cosas.
El fuego,
el agua,
el musgo,
inmóviles estaban.
¡Por eso al principio fue el silencio!
y en el silencio,
en ese vastísimo,
sordo,
gris silencio,
dormían también las voces
y todas las palabras
que habrían de pronunciarse.
¡Por eso al principio fue el silencio!
no había árboles, ni pájaros,
ni peces había...
ni espigas había...
ni escorpiones había...
Sólo estaba el mar, quieto,
sin olas,
y arriba el cielo, cielo, cielo...
solamente el cielo.
El cielo solamente arriba estaba.
Entonces ningún ruido existía.
Ni el agua, ni en las sombras.
Nada se agitaba.
Ninguna cosa tenía su sonido...
sólo el silencio abarcaba toda la obscuridad,
y la obscuridad misma era el silencio.
Todo estaba inmóvil,
callado,en suspenso...
pero la obscuridad,
y el cielo,
y la vasta tierra solitaria,
y las aguas plomizas
desearon el amor...
el amor de la luz,
de las tormentas,
del gérmen...
y todo comenzó a agitarse.
Y el cielo, y la tierra y las aguas
se conmovieron...
¡Y vino la claridad!
Una inmensa claridad vino,
y en el centro de ella,
caminaba lento, sobre la tierra ya,
el Hombre...
y el Hombre dijo su palabra,
y proclamó su grito.
Y nunca más fue el silencio
sobre la vastedad del mundo.
Pero el Hombre recuerda,
a veces,
que al principio fue el silencio.
César Rengifo
2 comentarios:
:::::Excelente...muy buena la obra de Rengifo...realmente un artista integral en lo que respecta a las obras realizadas durante su vida de dramaturgo, literario y artista plàstico::::
Buen material...
Saludos
Tendrán otros poemas de César Rengifo?
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