En verano, acostumbraba pescar en pozas aisladas del antiguo rio corriente de la zona. Un dia, enganché un bagre de casi 5 kilos y el grito que emitió, me hiizo saltar de la poza. Lo saqué, pues de todas maneras moriría. No habia en la poza suficiente agua que lo albergara por mas tiempo. El capitalismo no oye esos gritos. Los peces sí gritan.
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En verano, acostumbraba pescar en pozas aisladas del antiguo rio corriente de la zona. Un dia, enganché un bagre de casi 5 kilos y el grito que emitió, me hiizo saltar de la poza. Lo saqué, pues de todas maneras moriría. No habia en la poza suficiente agua que lo albergara por mas tiempo. El capitalismo no oye esos gritos. Los peces sí gritan.
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