Hace poco me enteré que el personaje Felipito de Quino, del cual me he identificado muchísimo a lo largo de mi vida (no sólo por el nombre) fue inspirado en una persona real, llamada Jorge Timossi.
Argentino de nacimiento y Cubano por ciudadanía, Jorge Timossi es cuentista, que ha publicado entre otros, "Cuentecillos y otras alteraciones" y "Raros textos y otros decires".
Teoría
El camello hizo todos los intentos para pasar por el ojo de una aguja, pero cuando se convenció de que era imposible tuvo la idea de contornear un costado de esa maldita aguja y colocarse así del otro lado, con lo que cumplió de igual manera aquella sagrada misión que le habían encomendado.
Melodrama
Apagó la pantalla del televisor, miró a su alrededor, y se convenció de que lo que ahora estaba viendo era algún otro capítulo deshilvanado de aquella misma telenovela.
Mezquindad
Nemesio era un hombre tan mezquino que cuando decidió suicidarse lo hizo colgando sus escasos sentimientos de la rama más baja de un bonsái.
Laberinto
Una vez en el laberinto, llegó un momento en que tuve la impresión de que me cruzaba repetidamente conmigo mismo, de que yo era el otro, dentro y fuera de mí, hasta que, desconcertado, elegí quedarme un rato quieto en un punto, en la eventualidad de que pudiera recobrar mis sentidos, y entonces fue cuando me vi, con espanto, pasar por otra de las sendas equivocadas y sin salida.
La rana
Había una vez una rana que comenzó a dar grandes saltos en la orilla de su estanque, croando sin cesar: "Fukuyama, éste es el fin de la historia", "Fukuyama, éste es el fin de la historia", hasta que con un último impulso espectacular se zambulló para siempre en el agua, singular comportamiento ante el cual un sapo comentó que una de las mejores máximas de Herodoto era aquella que enseñaba que la vida siempre termina por darnos la razón, y un coro de libélulas y mosconcitos cantó, en honor del batracio difunto, el consabido colorín, colorado, este cuento todavía no se ha acabado.
Jorge Timossi
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